Un chiquito de unos catorce años sale del centro comercial de Créteil, en los suburbios de París. Aferrado a un gran paquete que embala un ordenador, el sueño acariciado durante algún tiempo por el muchacho. Se le ve feliz, seguramente piensa en llegar a casa tan rápido como sea posible para instalarlo, navegar en Internet, jugar con algún programilla comecocos, conectarse con sus amigos o con su polola, ¿quién sabe?.
En ese momento un grupo de cinco muchachotes algo más crecidos que él se le acerca, le da una patada, el paquete cae al suelo, el chiquito intenta recuperarlo pero los otros son más rápidos, lo recogen y huyen a perderse mientras el niño de nuestro cuento intenta perseguirles, en un vano esfuerzo por recuperar su sueño. Los pasantes, atónitos, no tienen tiempo de intervenir.
El niño se detiene y llora. Monsieur Denis Gautier-Sauvagnac es un « Seigneur ». Respetable y respetado. Durante muchos años patrón de una de las más poderosas organizaciones patronales de la industria francesa, la “Unión de las Industrias y Oficios de la Metalurgia” (UIMM). Monsieur Denis Gautier-Sauvagnac, sustrajo ilegalmente, en dinero líquido, la respetable suma de cinco millones seiscientos mil euros de la caja de la IUMM. El equivalente de 2.350 años de salario mínimo chileno. Durante la investigación la policía recuperó medio millón de euros en el domicilio de Monsieur Denis Gautier-Sauvagnac.
El dinero robado por Monsieur Denis Gautier-Sauvagnac reposaba en una cuenta ilegal de la UIMM, hacia la cual la organización patronal desviaba fondos destinados a corromper dirigentes sindicales. Dichos fondos, aportados por las empresas miembros de la UIMM, sumaron con el pasar de los años cientos de millones de euros que nunca pagaron impuestos, que nunca cotizaron a los sistemas de previsión ni de salud, que nunca pagaron un salario.
Los sindicatos niegan firmemente haber recibido un euro de esos fondos ilegales. Y la UIMM, que pretende que el dinero servía para “modernizar las relaciones sociales”, no logra explicar a donde fueron a parar esos millones.
Después de meses de investigación y de escándalo, Monsieur Denis Gautier-Sauvagnac fue obligado a dimitir de sus eminentes funciones. Para suavizar su partida la UIMM le pagó una indemnización de un millón y medio de euros (el equivalente de 625 años de salario mínimo chileno), y le prometió todo el dinero necesario para financiar su defensa ante los tribunales. La prensa cree que la UIMM compró el silencio de Monsieur Denis Gautier-Sauvagnac.
En ese momento un grupo de cinco muchachotes algo más crecidos que él se le acerca, le da una patada, el paquete cae al suelo, el chiquito intenta recuperarlo pero los otros son más rápidos, lo recogen y huyen a perderse mientras el niño de nuestro cuento intenta perseguirles, en un vano esfuerzo por recuperar su sueño. Los pasantes, atónitos, no tienen tiempo de intervenir.
El niño se detiene y llora. Monsieur Denis Gautier-Sauvagnac es un « Seigneur ». Respetable y respetado. Durante muchos años patrón de una de las más poderosas organizaciones patronales de la industria francesa, la “Unión de las Industrias y Oficios de la Metalurgia” (UIMM). Monsieur Denis Gautier-Sauvagnac, sustrajo ilegalmente, en dinero líquido, la respetable suma de cinco millones seiscientos mil euros de la caja de la IUMM. El equivalente de 2.350 años de salario mínimo chileno. Durante la investigación la policía recuperó medio millón de euros en el domicilio de Monsieur Denis Gautier-Sauvagnac.
El dinero robado por Monsieur Denis Gautier-Sauvagnac reposaba en una cuenta ilegal de la UIMM, hacia la cual la organización patronal desviaba fondos destinados a corromper dirigentes sindicales. Dichos fondos, aportados por las empresas miembros de la UIMM, sumaron con el pasar de los años cientos de millones de euros que nunca pagaron impuestos, que nunca cotizaron a los sistemas de previsión ni de salud, que nunca pagaron un salario.
Los sindicatos niegan firmemente haber recibido un euro de esos fondos ilegales. Y la UIMM, que pretende que el dinero servía para “modernizar las relaciones sociales”, no logra explicar a donde fueron a parar esos millones.
Después de meses de investigación y de escándalo, Monsieur Denis Gautier-Sauvagnac fue obligado a dimitir de sus eminentes funciones. Para suavizar su partida la UIMM le pagó una indemnización de un millón y medio de euros (el equivalente de 625 años de salario mínimo chileno), y le prometió todo el dinero necesario para financiar su defensa ante los tribunales. La prensa cree que la UIMM compró el silencio de Monsieur Denis Gautier-Sauvagnac.
Inspirándose tal vez en el caso chileno, el gobierno francés plantea rebajar la edad de la responsabilidad penal con el fin de reprimir a los delincuentes juveniles. Yo me detengo y lloro.
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