10 jul 2008

La farándula política y las bellas donas

por Eduardo Gutiérrez


El último Pleno del CC del PS resolvió poner fecha al Conclave que acordó el Congreso de Marzo del 2008. Al parecer esta y la resolución sobre integración de las diferentes tendencias en todas las instancias de dirección partidarias, fueron las únicas conclusiones de citado evento, ya que parece ser un hecho de que va a ser muy difícil que todas las conclusiones del citado encuentro sean conocidas por la militancia en un futuro cercano.


Este fenómeno antidemocrático se está convirtiendo en una constante de nuestro Partido ante el mutismo del Comité Central y la indiferencia de la base militante. Ocurrió con el Congreso realizado en el año 2005 y está ocurriendo lo mismo con el efectuado en Marzo del 2008. Pero, bueno al parecer los procesos electorales que debemos enfrentar son los suficientemente importantes como para olvidarnos de aspectos trascendentes de nuestra vida partidaria como los señalados o como pasar por alto el desalojo de nuestra sede partidaria por fuerzas especiales de Carabineros ordenada por su Secretario General, apoyada por la mayoría de la Mesa del Partido y silenciada en el mismo Pleno del CC que acordó poner fecha al Conclave en cuestión. Si por el mismo Secretario General que señaló hace unas semanas atrás que “ya hubiera querido Salvador Allende tener un Partido como este” en referencia claro esta a su lealtad con el Gobierno de Michelle. Dejemos que cada socialista se forme su propia opinión sobre estos vergonzantes acontecimientos.


Me ha llamado la atención en relación al tema del Conclave los hechos posteriores a su definición cronológica. Esa suerte de misa en escena farandulera de la peor (o mejor) especie, donde los candidatos cual bellas donas se resisten a ser nominados, otros a ser candidatos (¿?), y donde cada uno de ellos ponen e imponen sus condiciones. En definitiva donde cada uno de ellos (los que salen en la prensa) dejan en claro definitivamente que los superiores intereses políticos están muy por debajo de sus superiores intereses personales.


Eduardo Gutiérrez G.


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