20 jul 2008

“Me violenta la indiferencia con los desaparecidos”

por Rodrigo Alvarado E / Diario "La nación"

Pablo Larraín prepara el esperado estreno de “Tony Manero”

Más tranquilo que con su primera cinta, el cineasta alista el debut de los criminales pasos del imitador de Travolta en dictadura. “No es la revancha de ‘Fuga’”, advierte y revela su lado más político: “Es impresentable que Pinochet haya muerto en libertad”. Y aunque no le gusta hablar de su padre, el senador UDI Hernán Larraín, le quedan balas para sus camaradas de la derecha: “Hay muchos civiles que sabían lo que estaba pasando”.

AUNQUE SU ESTRENO está programado para el 28 de agosto en el Festival Internacional de Cine de Santiago (Sanfic), parece que "Tony Manero" ya estuviera en cartelera. El interés que despertó en la Quincena de Realizadores de Cannes, y el pasaporte cursado allí para los festivales de San Sebastián, Toronto, Turín, Londres y Buenos Aires, hablan de una película consagrada en el extranjero.

Pero a su director Pablo Larraín no le importan tanto las 50 copias con que se estrenará en Inglaterra y en Francia. Le preocupan más las 20 copias con que debutará en las salas de Chile, su historia sobre el imitador del personaje de "Fiebre de Sábado por la noche", que asesina sin razón aparente en un Santiago sitiado por la dictadura.

"Aprendí algo de Sebastián Lelio, quien se fijó en películas que se hicieron antes del Golpe como "Largo viaje" y "El chacal de Nahueltoro". Fue una gran lección porque esas cintas son capaces de retratar Chile de una manera muy poderosa y de alguna forma intenté aproximarme a eso con ‘Tony Manero’", explica.

El proceso partió con la imagen de un bailarín criminal y recurrió al ícono de "Fiebre de sábado por la noche". Luego sumó al actor Alfredo Castro, y después al guionista Mateo Iribarren. Juntos construyeron un guión de 140 páginas que Larraín resumió en 75, con la gran posibilidad de instalar al personaje de Castro (Raúl Peralta), en un concurso televisivo en 1978, uno de los años más violentos represiva y económicamente.

"Los más viejos del equipo aportaron mucho al contexto, también la actriz Elsa Poblete. Por mi lado hice una investigación, hablé con mucha gente y descubrí que muchas personas no recordaban nada entre 1976 y 1980. Hay una etapa de Chile que parece estar fuera de foco en la memoria de las personas y eso, probablemente, tiene que ver con algo que la gente prefiere no recordar. En la película lo interpreto como una atmósfera".

-¿Cómo se ve "Tony Manero"?

-Con Polin Garbizú (directora de arte de "Días de campo" y "B-Happy") evitamos la idealización de los años ‘70 y llevamos la cinta a un plano mucho más triste. Tengo miedo que se comunique que la película es taquillera, sobre un tipo que baila disco y que es súper kitsch, porque Chile no era así. "Tony Manero" tiene que ver con un cuerpo abandonado que se exhibe frente a otros y además pretende ser otro. Todos tenemos el pequeño anhelo de ser otros y por eso los concursos de baile eran muy importantes. Le pregunté a Enrique Maluenda y me dijo que llegaban miles de personas y que él también quería parecerse a otro animador. Ésa es la gran metáfora de Chile.

-¿Por qué elegiste un personaje límite otra vez?

-No veo posible hacer una película de personajes fantásticos en un país que opera maravillosamente. La gracia de la cinta es que se puede asistir a una época en que estaban ocurriendo cambios muy importantes: los "Chicago Boys", los civiles en el Gobierno, el conflicto con Argentina y la tangibilidad del modelo económico neoliberal. No es un accidente que el personaje quiera parecerse a un ícono gringo, porque eso era a lo que Chile se quería parecer: sus anhelos y su impunidad son los del país, pero eso sólo es la punta del iceberg. "Tony Manero" es la historia de un tipo de 50 años que quiere parecerse a uno de 20 y que está en una película. Sí, es un personaje límite, ¿pero será tan límite?

-¿Conociste casos así en la investigación?

-Entrevisté a miembros de Investigaciones y me dijeron que apenas tenían tiempo para los casos comunes, porque estaban en labores de represión. La impunidad que gozaron los militares fue la misma de los criminales.

CASTIGADO

-La crítica en Cannes fue elogiosa: Se dijo que tu filme era "una pieza maestra" y se comparó a Castro con Al Pacino. ¿Cómo crees que será acá?

-Un chileno que la vio en Cannes ya publicó una critica en internet. Era súper elogiosa pero decía que no le gustó que al protagonista le faltara dignidad. Ese moralismo me sorprendió, es como si no existiera gente indigna y los personajes siempre tuvieran una redención: El torturador no es tan malo, la puta lo hace por amor y el ladrón es Robin Hood. Hay gente muy miserable y ésa es la que me interesa, pero pareciera que hay personas para las que el cine tiene que operar como una válvula de la alegría. Esto no es la campaña del "No", es una película que se instala en una zona peligrosa.

-¿Crees que eso influyó en que tu proyecto no ganara un Fondo Audiovisual?

-El Consejo de la Cultura hace relativamente bien la pega, son los directores que llamaron para ser jurado quienes me castigaron. Uno puso en su evaluación que la película era absurda porque el asesino mata sin ninguna razón, o sea, no entendió nada. Hay jóvenes que por hacer una o dos películas se sienten con la potestad de administrar fondos del Estado. Es mejor que eso lo hagan los viejos, como los mapuches que tenían un consejo de sabios. Yo no lo haría, soy un pendejo de 30 años, no podría sentarme a evaluar y designar plata. Hay que ser más piola... con "Fuga" me crucificaron.

-También por ser hijo de un Senador UDI.

-Hay gente que me castigó por razones cinematográficas muy respetables, pero al mismo tiempo hubo comentarios muy miserables y violentos. No me puedo hacer cargo de las frustraciones de otros: a veces lees críticas y te das cuenta que quien la escribe está revelando sus propios problemas.

-Pero es innegable que "Fuga" pecó de magnificencia.

-Chile es un país tan extraño que castiga la ambición. No me arrepiento de haber sido ambicioso sino de cometer errores tontos como hacer una narración poco clara, recurrir a ciertos lugares comunes y malinterpretar ciertas ideas del guión. Quizás fue intentar hacer una película demasiado grande para un pendejo.

-¿Errores puntuales?

-Muchos, pero todos de dirección.

-El marketing fue avasallador.

-Nos equivocamos en comunicarla como una gran película. Las grandes cintas se ganan el título en las salas no en los medios.

-¿Cuánto de la decepción de "Fuga" influyó para hacer una película más política?

-Nada. "Tony Manero" no es la revancha de "Fuga", sino que existe gracias a ésta. Por un lado está el personaje, por otro el contexto político y esos elementos se tensan. Hacer hoy una película sobre un pendejo que quiere ganar "Rojo" no me interesa.

-¿Y se puede saber por qué mata Manero?

-¿Por qué mataba la DINA y la CNI? Primero por razones ideológicas, sin embargo, en la práctica mucha gente murió por el placer de sus asesinos y ese lugar es muy extraño, violento e interesante cinematográficamente. Decidir sobre la vida de otros es el lugar más oscuro del ser humano, pero lejos lo más violento es la indiferencia que hay en Chile con mucha gente que murió o que son detenidos desaparecidos. Nadie habla de eso. Hasta para mí, que soy un cuico con la suerte de aprender eso, es muy fuerte que todo siga funcionando como si nada. Hay muchos civiles que sabían lo que estaba pasando y hoy son políticos, gente que anda libre por la calle. Que me digan que por ser hijo de un UDI no puedo decirlo... chao, sí puedo hacerlo, tengo 30 años, una forma de pensar y me parece asqueroso. Agradezco la libertad con que me educaron para poder pensar así, es difícil permitir que tu hijo piense diferente.

DISIDENTE

-¿En qué momento de tu vida dices "no soy de derecha"?

-En la Universidad. Empecé a darme cuenta que habían miembros de la derecha que participaron en la dictadura y estaban libres de polvo y paja. Ahí dije, aquí hay algo mal. Empecé a pensar de forma distinta a mi familia y no fue fácil, pero lo gatilló la impunidad que hay en Chile. Dices "Pinochet fue un gran hijo de puta", sí de acuerdo, pero murió libre y eso es impresentable. Pero a nadie le importa y en eso no veo diferencia entre los líderes de la derecha y de la Concertación.

-¿Cómo se conversan eso temas en tu casa?

-Con mucha tranquilidad. Existe el cliché del dirigente facho como José Antonio Kast, pero mi papá no es como él. Mi papá no quiere establecer normas a propósito del comportamiento ético de las personas y es mucho más tolerante que muchos miembros de la Concertación.

-Pero tu papá justificaba la dictadura.

-No voy a contestar por él. Yo diría que no, mi experiencia es que siempre dejó pensar libremente y nunca formó parte de la dictadura, aunque lo invitaron a ser ministro varias veces. Es de la UDI, un partido que apoyó a Pinochet y que para mí es casi fundamentalista. Son como los islámicos de la política chilena.

-¿Nunca te sentiste cercano a la UDI?

-Siempre me preguntan lo mismo.

-Es interesante.

-Entiendo que a otros les interese, pero para mí el fenómeno del "hijo del político de derecha que hace películas", me importa cero.

-Ahora sería "el hijo del político de derecha que hace una película ambientada en una dictadura que no es el paraíso que la derecha profesaba".

-La raja, que la vayan a ver y cada uno piense lo que quiera. Y si te parece que soy un tipo de derecha y represento una cantidad de íconos culturales que te molestan, por favor no vayas a ver "Tony Manero". Crees que en Cannes alguien me preguntó quién es mi papá o lo que piensa. Ni siquiera les importa lo que pienso yo, les importa la película, nada más.

-¿Es un peso?

-Es así, no es bueno ni malo. La derecha se ha encargado de ningunear la cultura, ignorarla y de paso revelar su propia ignorancia, entonces entiendo que exista rabia, pero no me puedo hacer cargo de eso. ¿Qué hago? ¿me pongo a estudiar leyes para ser un abogado de un bufete cuico?. Podría haberlo hecho pero estoy cagado, me gustan las películas y voy a hacer todas las que pueda.

No hay comentarios: