Por Manuel Riesco Larrían
Como en la Cueca, el baile tradicional campesino chileno, la crisis mundial se viene desenvolviendo en varias "patas" sucesivas. La primera fue la crisis crediticia, que empezó en julio del 2007 y alcanzó su clímax con la quiebra del banco de inversiones Lehman Brothers en octubre del 2008.
El resultado ha sido la insolvencia de toda la banca en los países desarrollados. Desde hace un año todos vienen sobreviviendo en base a enormes inyecciones de dinero público. Sin embargo, ya no dan para más. El colapso por estos días del mayor banco de todos, el Citi, así lo demuestra. Si hasta el momento han sido nacionalizados parcialmente muchos de ellos, ahora van a tener que serlo de frentón. No parece haber otras salida.
Esta patita de la cueca fue desencadenada por el más pedestre y recurrente de los desequilibrios de la economía real: una vulgar burbuja inmobiliaria similar a la que viven todos los países cada cierto tiempo. Sólo que ésta fue más grande y afectó a la economía más grande.
Sin embargo, ello bastó para echar abajo al imponente edificio del sistema bancario y financiero mundial, el que por añadidura venía alardeando que gracias a sus creativos "derivados" y otras alquimias ¡habían finalmente terminado con el riesgo en si mismo!
Con todo, parece raro. Por mucho que hubiese crecido el endeudamiento general y por muy golosos e irresponsables que hayan sido los banqueros, parece difícil atribuirles la omnipotencia de ser capaces de desatar una tremenda crisis mundial como la que se vive.
Algo más habrá detrás.
La segunda patita de esta cueca fue el sucesivo inflamiento y reventaje de las "superburbujas" especulativas, como las llamó Soros, en los precios del petróleo, materias primas y alimentos. Esa fue una pata cortita, pero bastó para dejar en el más soberano ridículo a todos los economistas y bancos centrales del mundo. Durante unos meses anduvieron muy preocupados de la inflación mundial, cuando en realidad lo que había detrás era una tremenda recesión y deflación en ciernes.
La tercera pata fue más larga. Fue el violento reventaje de las bolsas y monedas de los países emergentes. Ambas también se habían continuado inflando hasta por las nubes aún meses después de iniciado el "apretón crediticio" a mediados del 2007. Las bolsas emergentes siguieron subiendo hasta fines del 2007 y las monedas de estos países continuaron revalorizándose hasta mayo del 2008. Ahí se vinieron abajo violentamente unas y otras, hasta prácticamente alcanzar ya a las bolsas emergentes en su caída, si se las mide a todas en la misma moneda.
De este modo quedó en evidencia el inmenso burbujazo especulativo que había inflado todos estos precios a lo largo de varios años, al menos desde que se inició la recuperación de la crisis "punto.com."
Sin embargo, esta es cueca larga. La "pata" que se viene es la mayor de todas: la recesión de la economía real en todo el mundo, ni más ni menos. Ésta va a dar mucho que hablar en los meses que vienen.
¡Viene con zapateo y huifas!
El autor es economista del CENDA. Miembro del Consejo Editorial de Crónica Digital.
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