por Libio Pérez / La Nación Domingo
Aspira a que su candidato sea ungido como abanderado único de la izquierda, pase a segunda vuelta o al menos obtenga entre un 10 y un 15 por ciento de los votos, para derrotar a la derecha en el balotaje. Pero nada es gratis. El precio será cambios profundos en la institucionalidad y el sistema económico. Este es el hombre del programa de Gobierno de Jorge Arrate.
El ex ministro y ex embajador Roberto Pizarro está a cargo de los contenidos programáticos de la candidatura de Jorge Arrate, que serán presentados en la convención de marzo-abril donde la izquierda extraparlamentaria definirá su programa único de Gobierno. Este proceso marcha en paralelo a las definiciones que tomará ese sector para la búsqueda de un candidato único. Pizarro espera que ese candidato unitario de la izquierda sea Arrate, también ex ministro de Eduardo Frei, como él.
El economista, que hoy trabaja en la Dirección Económica de la Cancillería, dice que Chile y la izquierda viven un contexto regional favorable para los cambios. Sólo basta echar una mirada a Ecuador, Bolivia, Venezuela o a América Central, dice, para darse cuenta que "soplan nuevos vientos" cuyas brisas también llegan a Chile. Es la bancarrota del neoliberalismo, explica, que en esos países ha significado que los movimientos sociales hayan barrido con las antiguas clases políticas y emergieran gobiernos que buscan proyectos posneoliberales.
A esto, según Pizarro, se suma el hecho que la Concertación no cumplió con su programa, que suponía terminar con las herencias de Pinochet: la Constitución de 1980, el modelo económico que favorece a los grandes empresarios y el excluyente sistema político. También estima que el golpe de la crisis en Chile llevará a que el desempleo supere el 12 por ciento, con lo que se desatará una ola de protestas y descontento que la derecha no podrá capitalizar, pero que desgastará a la Concertación. Es la hora, dice Pizarro, que emerja una tercera fuerza, la izquierda.
-¿Cuál es la apuesta de Arrate en esta campaña presidencial?
-Ayudar a construir una izquierda que se constituya como una tercera fuerza con capacidad de producir cambios en el país. Si Arrate es el candidato único de la izquierda queremos pensar, y vamos a trabajar para que así sea, que podemos pasar a una segunda vuelta. Una candidatura de Arrate amplía las fronteras porque se abre a los millones de personas que hoy no participan.
-Y en el cuadro general, ¿qué papel juega la candidatura de Arrate?
-El ex Presidente Frei debe disputar a Piñera el voto de centro e incluso el de derecha, mientras Arrate fortalece a la izquierda. Aspiramos a obtener un 15 por ciento y con ello forzar una segunda vuelta.
-Pero hay dos candidatos fuertes, como Eduardo Frei y Sebastián Piñera...
-Como sea, si Arrate obtiene más del 10 por ciento de los votos -y nosotros creemos que puede ser más- estaremos forzando una segunda vuelta, en la que la derecha será derrotada.
-¿O sea los votos de la izquierda están garantizados para Frei en un balotaje?
-En una segunda vuelta entre Frei y Piñera los votos de la izquierda van a pesar políticamente, vamos a jugar un papel fundamental. Por eso vamos a demandar los cambios institucionales, políticos, económicos y sociales que necesita Chile.
-La izquierda extraconcertacionista acordó llevar un candidato presidencial único, pero no es claro que haya acuerdo para una lista parlamentaria, si el senador Alejandro Navarro insiste en llevar su propia lista, ¿no cree que difícilmente esta izquierda podrá proyectarse más allá de las elecciones?
-Eso sería lamentable. Pero creo que el proceso ha avanzado en la dirección de un candidato y un programa únicos. Si Navarro decide -aunque dudo que lo haga- ir aparte, en un proyecto propio, sería lamentable para el propio Navarro. Todos esperamos que Navarro converja en este acuerdo.
-¿Le complica trabajar por la candidatura de Arrate habiendo sido ex ministro del Presidente Frei y manteniendo también su militancia en el PS?
-No me complica, trabajé con el ex Presidente Frei hasta donde pude trabajar con él. Más que con el ex Presidente, las discrepancias las tuve con el ministro de Hacienda que me llevaron a renunciar al gabinete. Eso sucedió cuando se decidió que fuera el ministro de Hacienda el que elaborara el programa social para los últimos años de mandato de Frei, lo que me pareció inaceptable y renuncié. Siempre he tenido una postura crítica con los gobiernos de la Concertación, también lo fui con Lagos. No me es incómodo, porque además lo he hecho desde el Partido Socialista, al que he pertenecido toda mi vida. Y es que el PS ha marchado por mal camino y no ha cumplido las tareas que le corresponden, entre ellas transformar la institucionalidad que se gestó en el régimen de Pinochet. Dentro o fuera del PS, seguiré siendo socialista.
-El ex Presidente Frei ha planteado un cambio constitucional, un papel más activo del Estado en la economía y una nueva estrategia de desarrollo, entre otras cosas, ¿eso no le parece suficiente?
-Todo eso es insuficiente. Muchos de esos planteamientos ya estaban en el programa original de la Concertación, incluso Lagos ofreció "crecimiento con igualdad", pero los gobiernos de la Concertación no han cumplido. El ex Presidente Frei plantea iniciativas interesantes, pero son insuficientes. Una asamblea constituyente es fundamental para que sea la propia gente la que defina qué quiere para el país. No bastan las reformas, como hizo Lagos, que fueron inconsultas. Hay un aspecto fundamental que hay que cambiar en la Constitución y ese es el artículo 19, que inhibe al Estado a desplegar actividades económicas y limita su papel regulador. Tenemos que tener un Estado regulador capaz de compensar las profundas desigualdades que genera el mercado y que despliegue actividades económicas. Hay que terminar con eso de que el Estado no puede ser empresario. El poder empresarial es muy grande y aunque el ex Presidente Frei ha hecho estas propuestas, está por verse si es capaz de sostenerlas.//LND
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