por René Dintrans A.
Las cadenas de farmacias, son las cadenas del control. La centralización de la oferta, tiene cautiva a la demanda de fármacos, tiene controlada a la población que requiere de ellos. Estamos hablando de una parte significativa de la población que demanda de remedios no por darse un gusto, si no por que los requiere imperiosamente, vale decir, de pacientes que sufren una enfermedad. En su mayoría, ancianos y niños.
La colusión de los empresarios de farmacias para subir 10 veces el costo de los medicamentos, vale decir, los dueños de esas tres grandes cadenas de farmacias que controlan prácticamente todo el mercado, han podido hacer ejercicio de esa colusión, en virtud de una colusión anterior, sin la cual, no habría ocurrido lo que ahora lamentamos.
En efecto, durante el gobierno del presidente Lagos, se modificaron ciertas normas que permitieron el auge de esa actividad, es decir el control de la población mediante la centralización de la oferta y la despenalización de prácticas monopólicas.
Es decir, el Estado de Chile, mediante sus instituciones que funcionan como reloj para controlar a la población, fue objeto de una gran colusión de sus tres poderes, a través los hombres que las representan.
Así es como el poder ejecutivo a través del presidente, y el poder legislativo a través de sus parlamentarios que monopolizan la representación popular producto de otra colusión aún anterior y que no es el caso tratar aquí, se pusieron de acuerdo para modificar las leyes que regulaban antes esta actividad en aras del progreso, del pleno empleo, el bien común, el pro-crecimiento u otro vocablo que se me escapa. Sin que en ese momento, hubiere sido consignado, quien era el sujeto de la oración. El pueblo o el Estado, los consumidores o los productores, los trabajadores o los empresarios.
El Estado del cual hablo, es el Estado burgués, es la ley vigente, es el control social. Este no distingue entre los hombres de los cuales se sirve, todos trabajan para él. Es decir estamos hablando de los hombres de la colusión de las 2 alianzas políticas, de su asfixiante hegemonía.
De manera que lo relevante en esta situación, es fijar la atención en la colusión anterior, y no en la última, que es nada más que su consecuencia.
Me niego a poner la atención en la practica de muchísimos empresarios que desarrollan la táctica de transgredir la norma y pagar la multa.
Práctica patentada por uno de los actuales candidatos a la presidencia de la República. Se podría hablar en propiedad, como “ el gambito Piñera”, pero aquí esto es absolutamente irrelevante.
Me niego a prestar oídos a los que vociferan pidiendo que se sequen en la cárcel a los responsables, cuando ellos mismos concurrieron a cambiar la normativa cuando les tocó votar en el Congreso, y saben de sobra que nadie es encarcelado en Chile por una falta.
Todo esto se destapa porque estamos en tiempos de elecciones. Si hasta se alcanzó un pre-acuerdo entre el fiscal y una cadena farmacéutica que duró hasta que alguien se dio cuenta que este sería un golpe mortal para el candidato de la Derecha que a cada momento demuestra su torpeza al actuar en política y que para más remate participa en la propiedad de uno de esos conglomerados malditos.
El pueblo debe actuar sin padrinos, puesto que él ha sido directamente agredido, debe exigir al ejecutivo y a los parlamentarios, que modifiquen la ley que permitió este abuso inaceptable.
Es el momento de hacerlo, el pueblo de Chile debe hacer retroceder al Estado, debe exigir que lo proteja no que lo aplaste, debe recuperar sus derechos perdidos, expropiados, derogados.
El pueblo debe sacar a la pizarra a los que pretenden la presidencia de Chile, a quienes han sido nominados para ser senadores o diputados.
René Dintrans A.
erredintrans@yahoo.es
31 mar 2009
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