por Revista masiva
A través de un llamado telefónico recibido en la tarde del día miércoles 6 de Agosto, dos de los dirigentes del Sindicato de Trabajadores de la Empresa L. Kovacs, fueron amenazados de muerte si evitaban seguir adelante con la huelga legal. Los afectados concurrieron a la fiscalía a entregar todos los antecedentes del caso, declararon estar “muy afectados” por lo ocurrido, incluso, “espero que se trate de una broma” señaló uno esperanzado.
Los trabajadores de L. Kovacs llevan 24 días en huelga legal, tras rechazar la última oferta del empleador que decía relación con los turnos de trabajo y sin responder por los requerimientos de los trabajadores. El petitorio de los trabajadores en huelga exige que se les reajuste el salario con el IPC, ya que según consignan un trabajador “Cuando entré, partí ganando ciento setenta mil pesos, hoy –seis años después- aún gano lo mismo. En un comienzo era entendible porque la empresa era pequeña, no se justificaban sueldos más altos, hoy no”, además, solicitan bonos de alimentación y locomoción, junto a aquello, solicitan que los uniformes que portan, que son obligatorios, sean de cargo de la empresa y no a su propio costo.
No se ha producido negociación alguna porque el dueño de la empresa no quiere sentarse a conversar con la actual directiva del sindicato, por lo que ha puesto como requisito que se cambie a la directiva y ahí recién se sentará a negociar con los trabajadores en huelga. La empresa “está trabajando en un plan que busca cambiar a la directiva actual del sindicato” acusa otro trabajador, lo que ha motivado que se denunciaran prácticas antisindicales ante la Dirección del Trabajo. Los trabajadores señalan, que el principal dueño del a empresa ya está desesperado, incluso “después de un asado realizado para los trabajadores no sindicalizados que no participan de la huelga, despidieron a funcionarios administrativos como gerentes y otros trabajadores”.
Las acusaciones están dirigidas contra el dueño, quién está “descontrolado” dicen. A pesar de todo el perjuicio económico que le ha significado aguantar más de veinte días en huelga, la estrategia del dueño es llegar a los 30 días de huelga, después del cual podrían los trabajadores aceptar personalmente la última oferta del empleador, lo que es considerado por gran parte de los trabajadores como insuficiente.
Otra característica de la huelga es que, mientras están los trabajadores, hay un furgón de carabineros todo el día presente “para conservar el orden público”, dicen. Situación que –señalan- es normal, en cambio, los trabajadores y dirigentes sindicales se muestran sorprendidos por la presencia de carabineros, cosa que nunca antes habían visto en una huelga legal y pacifica como la que ellos sobrellevan. Según los trabajadores, los carabineros les señalaron que un “General” realizaba influencias para que estuviera el “Retén móvil” siempre presente. Así mismo, denunciaron la presencia de un “piquete de fuerzas especiales” y un “carro lanzaaguas” que pasó por fuera y se detuvo, amedrentándolos.
El sindicato de L.Kovacs está compuesto por 103 trabajadores de un total de 140, lo que se traduce en un 74% de los trabajadores sindicalizados, lo que le da mucha fuerza negociadora. Sin embargo, alrededor de unos cuarenta trabajadores fueron amenazados por la empresa para que trabajaran, sin embargo, ahora estos se encuentran con licencia, ni en huelga ni trabajando.
10 ago 2008
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