Ante la delicada situación social y política que se vive desde hace semanas en parte del territorio Boliviano como consecuencia de la tenaz y brutal oposición de derecha, sumado a la persistente campaña de desestabilización que vienen realizando diversos sectores foráneos apoyados por la Embajada de los EE.UU. en La Paz, están en Santiago los presidentes de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay y Venezuela, todos convocados por la Presidenta Michelle Bachelet que tuvo información directa del Presidente Morales sobre el peligro cierto de un golpe de Estado en Bolivia.
Lo que hoy está comprobado y será motivo de un profundo análisis por parte de los mandatarios miembros de la UNASUR, es que se han concentrado en las zonas Separatistas de Santa Cruz, Tarija, Beni y, especialmente, en Pando, fuerzas -hasta ahora civiles y paramilitares- con el claro propósito de organizar un flanco de resistencia violenta a las directrices del Gobierno central, creando las condiciones para una posible acción armada de mayor envergadura en total desconocimiento a lo que dicen las leyes y Constitución boliviana.
Son tan contundentes las acciones que desde hace meses promueve directa e y en forma encubierta personal adscrito a la Embajada de los EE.UU. que el Presidente Morales pidió al embajador norteamericano, Phillip Goldberg, que abandone a la brevedad el territorio nacional. En respuesta, el Gobierno de Bush, también solicitó la salida inmediata del Embajador de Bolivia de Washington, produciendo un serio deterioro en las ya tensas relaciones de ambas naciones como consecuencia del evidente apoyo de la Casa Blanca a diversas acciones desestabilizadoras en el orden público y a la economía boliviana. Con ese objetivo, por ejemplo, despliega su “asistencia humanitaria” en las zonas Separatistas la conocida agencia norteamericana NED (Nacional Endowment for Democracy)........Leer más
15 sept 2008
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