El impacto de la crisis en curso sobre los fondos de pensiones AFP ha sido muy fuerte. En pocos meses han perdido más de nueve años de cotizaciones. Lo más probable es que antes que pase la crisis, los fondos de pensiones vean esfumarse gran parte de las ganancias de años recientes, o peor, afirma un informe de Cenda. Para este organismo, las AFPs no lograrán superar la actual crisis.
A diferencia de lo afirmado por la Superintendencia de AFPs, lo menos que se puede decir es que nadie está saliendo bien parado de la crisis. "En efecto, el resultado del esquema vigente es que sólo una ínfima minoría de los ahorrantes más informados, que generalmente son de mayores ingresos, ha logrado ponerse a salvo del vendaval, mientras la abrumadora mayoría ha perdido una parte significativa de sus fondos sin posibilidad de hacer nada. La desinformación de la industria y las autoridades ha colaborado en ello".
Parafraseando a Eric Hobsbawm, dice el texto, el capitalismo ciertamente va a superar esta crisis, como lo ha hecho en las treinta y tantas que le precedieron desde 1825. Lo que no va a superar la crisis son las AFP. Quedará al desnudo la locura que la pura capitalización individual pueda proveer de por vida pensiones definidas, dignas y no discriminatorias, a millones de trabajadoras y trabajadores chilenos.
Sin embargo, agrega el informe, más allá de los efectos puntuales de la crisis sobre tal cual tipo de fondo, lo que está sucediendo debe llamar la atención acerca de la conveniencia de mantener la totalidad de las pensiones de millones de chilenas y chilenos a merced de las veleidades cíclicas del ámbito más inestable y fluctuante de la economía como son los mercados financieros. No parece razonable ni equitativo que mientras algunos pueden tener la suerte de jubilar en condiciones muy favorables de mercado, otros en cambio pueden tener la desgracia de hacerlo cuando aquellos se encuentran sumidos en la crisis o la depresión.
Menos equitativo todavía resulta el hecho que mientras en un año han perdido la totalidad de la revalorización del fondo entre 1981 y 2006, las AFP y sus compañías de seguros relacionadas se embolsan mes a mes con toda regularidad comisiones y primas. Desde 1982 al 2006 estos suman exactamente uno de cada tres pesos cotizados en dicho período (ver CENDA 2007, "Resultados para sus afiliados de las AFP y Cías. de Seguros Relacionadas con la Previsión, Consideradas en Conjunto, 1982-2006". En www.cendachile.cl).
Peor aún, en el medio de la crisis han subido sustancialmente las comisiones que cobran a sus afiliados, y han impuesto una comisión de 1% del fondo administrado a quienes mantienen fondos en la denominada cuenta 2.Aún más escandaloso resulta el hecho aquella parte que no ha ido a parar a los bolsillos de las AFP y compañías de seguros, además de todos los intereses ganados, se encuentran en manos de un grupo reducido de grandes grupos económicos que han recibido estos dineros en forma de capital o préstamos. Baste recordar que la mitad de los fondos invertidos en Chile se encuentran en manos de doce conglomerados, entre ellos los propietarios de las AFP. La mitad de lo invertido en el extranjero se encuentra en solo ocho fondos de inversión, todos los cuales e encuentran en estos momentos con una inmensa incógnita respecto del valor de los activos financieros en los cuales han invertido.
Ese ha sido el destino de los fondos, puesto que muy pocos han ido a pagar pensiones. En Chile éstas se financian con fondos públicos, incluidas las que pagan las AFP que se financian con bonos de reconocimiento en su mayor parte (ver CENDA 2007 Inversiones en el Exterior de los Fondos de Pensiones AFP, Julio 2007 en www.cendachile.cl). Los grandes grupos financieros han hecho y deshecho con los dineros de los afiliados a lo largo de todos estos años, obteniendo inmensas comisiones y utilidades. Ahora, en cambio, dichas inversiones se están esfumando ante la impasividad de las autoridades y la impotencia de los ahorrante en medio de las turbulencias de la crisis. Desde luego, no cuentan con seguro alguno que proteja a los ahorrantes.
En el caso de las pensiones vitalicias, a lo más pueden aspirar a una pensión mínima estatal si la compañía de seguros que se apropia de sus fondos entra en falencia, como ocurrió antes con le Mans en Chile y ahora con AIG, Metlife y Principal en los EEUU, e ING en Holanda.
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