Escribe Luis CASADO – 01/02/2009
¿Quién declaraba no hace mucho: “En Chile no hay ni habrá ninguna crisis”? ¿Quién afirmaba, perentorio, tener “la economía blindada”?
Poco importa. Todo aquello nos vale madre visto que el discurso ha cambiado con la velocidad con la que la crisis financiera se transformó en crisis económica, esta última en crisis social, y la crisis social pudiese devenir crisis política.
En Chile las metáforas marinas, -“los barcos bien estibados” o “las bajas mareas” le cedieron el paso a las alusiones meteorológicas: de las pijoteras “turbulencias” de Velasco pasamos al amenazante “vendaval” anunciado -algo tarde-, por Bachelet.
Ya era hora. La crisis mundial estalló en la primera quincena de agosto del 2007. Los más reputados bancos del primer mundo tardaron casi un año en confesar que estaban quebrados. El gobierno chileno más de un año y medio en reconocer que el modelo económico heredado de la dictadura y consolidado por la Concertación no es inmune al desastre del mercado de las finanzas.
Quienes navegan saben que un “vendaval” corresponde a un viento de fuerza 8 en la escala de Beaufort, con velocidades que van de 62 a 74 km/h y olas de 9 a 14 metros de altura. Las “turbulencias”, definidas como un remolino o agitación de un líquido o del aire, ni siquiera figuran en la citada escala, el Almirante Sir Francis Beaufort no se preocupó de definir pendejadas.
Entonces, ¿Turbulencias o vendaval? Esperando que no haya borrasca o huracán…
Christine Lagarde, ministro de Finanzas de Francia previno en Davos: “Los dos mayores riesgos de la crisis mundial son el proteccionismo y los disturbios sociales”.
Por el proteccionismo ya se verá, entretanto los movimientos sociales ya comenzaron. Hace unos días, el 29 de enero, los trabajadores franceses paralizaron el país y casi dos millones de ellos marcharon en más de doscientas ciudades galas para exigir políticas económicas que resguarden el empleo y los derechos laborales. Christine Lagarde tiene razón en inquietarse.
Velasco no. Quiero decir que quién tiene el descaro de afirmar que “el Gobierno avizoró tempranamente esta crisis y que tomó a tiempo las medidas de resguardo” no se inquieta. Se trata del mismo Velasco que el 22 de enero del 2008 afirmaba:
"En situaciones como esta, cuando baja la marea, queda muy claro quién tiene el traje de baño puesto y quién no. A mí no me cabe ninguna duda que en esta bajada de marea Chile va a estar muy bien preparado y muy bien vestido para enfrentar lo que venga" (sic).
Tan bien preparado que Velasco, lejos de imaginar un plan de estímulo de la economía, se complacía en imponer “una política de austeridad” en el presupuesto del año 2009 junto con recomendar “la adopción de todas aquellas decisiones de gasto con impacto en el gasto corriente que puedan postergarse…” para lo que quedaba del ejercicio 2008 (instrucciones sobre gastos presupuestarios de fecha 4 de agosto de 2008).
Hubo que esperar hasta la primera semana de enero de 2009 para que Bachelet hiciera público un plancito de estímulo de la economía, tardío, insuficiente y mal preparado por Velasco.
Antes de adoptarlo, Velasco fue a “informarse” a Washington, al FMI… lo que puede explicar lo que precede.
Luego de anunciado el plan Velasco se rajó con algunas declaraciones que recuerdan los métodos del Doctor Coué quién, para sanar cualquier dolencia, recomendaba auto convencerse de que todo va bien.
Y precisó, -fiel a la letra de los manuales que estudió en Harvard-, que "Todas estas medidas, de un modo u otro, estimulan la demanda interna. La buena teoría económica sugiere que cuando la demanda externa afloja, hay que potenciar la interna".
Habrá que ver si “esta buena teoría económica” le funciona mejor que el “blindaje” y si es capaz de crear los 100 mil empleos prometidos el 6 de enero pasado.
Porque según los “expertos” el número de desempleados pasará de 600 mil a 900 mil en el curso de este año.........¿Vendaval o turbulencia?
2 feb 2009
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