22 sept 2008

Sobre el articulo de Jorge Arrate: ¿Fin del Partido Socialista?

Por Jorge Coulon, "Crónica Digital"

Marcelo Schilling, como al pasar, ha dejado escapar una frase que parece una sonda para tantear cómo estaría el ambiente para hacer de la Concertación un partido político que englobe y disuelva sus componentes (entre los que se cuenta el Partido Socialista de Chile).

Muchos políticos, en una situación parecida, podrían recoger cañuela y alegar un lapsus; el diputado Schilling, por historia personal y por su particular vía de acceso al parlamento, no puede hacerlo. Su reflexión se transforma en una propuesta y en un programa precisamente por venir de un hombre que no habla demás, pero que lo que habla y propone ha sido pensado y contrapensado por su reconocida inteligencia y contra inteligencia.

Ya Jorge Arrate ha respondido contundentemente, así como lo ha hecho, muy al pasar, Soledad Alvear… el debate está abierto, es importante que los chilenos sepamos que piensan los partidos y los miembros de la coalición en el poder. Es muy importante que los militantes del PS, que acaban de salir de un congreso, sean informados acerca de esta trascendental modificación de los objetivos del Partido, visto que contempla su desaparición como tal.

Mi opinión personal es que una coalición debe ser tal y saber comportarse como tal… la fundición en un todo de las identidades concertadas sólo generan confusión y la sensación de lo que los italianos llaman un “polpettone” (una especie de albóndiga). En lenguaje gastronómico chileno una coalición debe ser una buena cazuela, con sus partes y presas bien visibles y distinguibles y no un charquicán.

No conozco ciudad de Chile donde la Concertación tenga una vida propia, su punto de encuentro ha llegado a ser el Gobierno y, hasta hace poco las elecciones… No existe un proceso en la base social que justifique o haga presumir la transformación de la Concertación en un partido político que reemplace y/o absorba a los partidos que la componen. Muy por el contrario, si alguna posibilidad de sobrevivencia tiene la coalición gobernante, ésta se debería basar en un retorno de sus miembros a su identidad política y desde esta identidad, sin ambigüedades ni juego de máscaras, constituir una coalición que funciones sobre la base de acuerdos leales entre partidos diversos y no de arreglos entre entidades políticas ambiguas e intercambiables.

Chile, en el futuro mediato, podrá ser gobernado sólo por coaliciones, la Concertación da muestras de fatiga de materiales, la propuesta para Chile no pasa por intitucionalizar el puré, sino por fortalecer la identidad y la transparencia de quienes se concertan para ofrecer gobernabilidad, equidad y progreso a los chilenos.

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